¿Qué son las cargas electroestáticas?
Las cargas electrostáticas forman parte de nuestra vida. ¿Imposible? Sin embargo, a todo el mundo le ha ocurrido, antes o después, recibir un pequeño susto: sucede al tocar un objeto, al rozar a una persona, al salir de un coche. Lo que no todo el mundo sabe es que la acumulación de electricidad estática es la responsable de este fenómeno tan común. Las cargas electrostáticas se forman debido al fenómeno de la electrificación: lo que ocurre, en otras palabras, cuando se añade carga eléctrica a un cuerpo que inicialmente no está cargado, es decir, es neutro.
La electroestática es una rama del electromagnetismo que se dedica a estudiar el funcionamiento de las cargas eléctricas responsables de la generación del campo electroestático. Ya en el siglo V a.c., en los tiempos de Tales, se conocía el fenómeno de la llamada electrización de un cuerpo. Existen dos tipos distintos de cargas eléctricas: las positivas y las negativas. Como se describe en la famosa Ley de Coulomb, cargas que presentan el mismo signo se rechazan, mientras las que tienen sino opuesto se atraen entre ellas. Los átomos son eléctricamente libres de carga, ya que el número de protones (positivos) y el de los electrones (negativos) es el mismo. Cuando se electriza un cuerpo, sin embargo, ocurre un paso de electores de un cuerpo al otro. El cuerpo que adquiere electores se cargará negativamente, mientras que, al contrario, el que los cede poseerá una carga positiva, ya que el número de protones en su interior es mayor que el número de electrones.
El fenómeno llamado electrización de un cuerpo ocurre con métodos diferentes. El primero, el más común, es el roce. Un cuerpo puede electrizarse incluso por contacto, por inducción y por compresión.
Al contrario de las cargas electroestáticas, que se comportan todas de la misma forma, los materiales presentan algunas diferencias importantes. De hecho, éstos pueden dividirse en conductores y aislantes.
En el primer caso las cargas pueden viajar libremente en el interior de estos materiales. En la categoría de los conductores, podemos incluir el agua, el metal y el cuerpo humano. En el segundo caso, en cambio, las cargas no tienen la capacidad de atravesar estos materiales. Entre los aislantes más famosos podemos recordar el plástico, la madera y el vidrio.
Las cargas electroestáticas son la causa de muchísimos inconvenientes, entre los cuales la atracción del polvo y de otros materiales extraños. En las fases de elaboración, el material se pega a las partes de la máquina, obligando la empresa a suspender la producción para arreglar el producto. Las cargas electroestáticas además pueden resultar peligrosas, ya que ceban unas descargas que pueden resultar potencialmente dañinas para los equipos eléctricos y electrónicos y causar incendios, explosiones o incluso causar lesiones en personas.
Para contrastar la presencia de estas cargas electroestáticas hay que ionizar el aire que rodea el cuerpo cargado, descomponiendo los átomos del aire en iones positivos (núcleos libres) y iones negativos (electores libres). Después del fenómeno descrito por la Ley de Coulomb, por el cual las cargas se atraen entre ellas, un cuerpo cargado negativamente atraerá los iones positivos y cederá sus iones negativos hasta ser neutro, mientras que, al contrario, un cuerpo cargado positivamente atraerá los iones negativos hasta convertirse en neutro.